El universo de la marca Bonillo se extrapola a diferentes secciones y habilidades desde el producto propio hasta la fundación. Su declinabilidad permite generar diferentes marcas para todo el espectro corporativo del grupo.
Catering Bonillo
Esencia de levante
La marca Bonillo abarca una amplia gama de experiencias gastronómicas,
desde la producción de sus propios productos hasta la gestión de su fundación y la cocina en directo.
Como parte del nuevo propósito empresarial de Bonillo en las experiencias gastronómicas, y para capturar mejor la amplitud de sus servicios en el sector de la alimentación, en Brandlond decidimos transformar su identidad visual, ‘packaging’ y ‘retail’, alejándonos de su diseño anterior, simple, carente de carácter y profundidad.
Coincidiendo con el lanzamiento de su nueva oferta de servicios y posicionamiento corporativo, la nueva identidad de Bonillo cobra vida con vibrantes colores e imágenes evocadoras, utilizadas como categorización visual y elemento narrativo. La nueva imagen de marca nos permite ofrecer toda una narrativa de sabor y cultura, junto con los beneficios emocionales de sus experiencias gastronómicas. El ‘branding’ abraza elegantemente todos sus productos y servicios, simbolizando el arraigo a su tierra y los sabor estimulantes que aguardan dentro de cada experiencia gastronómica que nos ofrecen.
La renovada paleta de colores se complementa con una exquisita selección de materiales naturales en sus productos y espacio, evocando ingeniosamente la calidez y riqueza de su tierra, Almería, España. En el diseño de identidad se han añadido detalles sutiles al logotipo, dotándolo de un toque de carácter premium. El nuevo diseño transmite la experiencia de Bonillo y resalta su posición como referente de productos gourmet en Almería.
Nos enfocamos en la esencia de la marca como eje central, incorporando toda la sinergia del carácter mediterráneo como valor añadido. Destacamos en su narrativa de marca el sabor local, la cocina sostenible y la filosofía ‘Slow Food.’ Este movimiento promueve el consumo de alimentos locales para reducir la huella ecológica del transporte de materias primas a largas distancias y fomentar la gastronomía regional, evitando la desaparición de especies vegetales autóctonas y recuperando platos tradicionales frente al avance de la comida rápida.